Y estaremos todos juntos: parados, precarios, despedidos, eternos becarios, estudiantes, hipotecados y los que no lo son. Algunos tenemos trabajo, contrato incluso, llegamos a fin de mes y también estamos hartos.
Estamos empezando a conectarnos con el resto de los humanos, la alegría en común, la empatía, la capacidad de escuchar, de comunicarnos, de potenciarnos, de amarnos, para dejar de estar aislados. Pondremos lo mejor de nosotros para unirnos y romper esa dinámica alienante de aquellos que pretenden tacharnos de utópicos con fines desalentadores e inmovilistas. Sabemos que quienes la alimentamos somos nosotros mismos y hemos venido a acabar con ello. A mejorar y cambiar ese sistema que hemos estado reforzando y que nos come la propia vida. Cómo explicárselo a quienes no creen que esto sea posible.
También saldremos a encontrarnos unos con otros. Hartos de estar encerrados en casa, envasados al vacío frente a la tele, hartos de rozarnos apenas en los bares, en el fútbol, hartos de no llegar a conocernos nunca. Saldremos a compartir nuestros saberes, a generar alegría, potencia y vida. Y con ello a cambiar el mundo, porque lo político empieza por lo personal. El ser humano no es tal si actúa únicamente por su propio interés.
Hemos salido a indagar con quién vivimos y nos hemos dado cuenta de que no es verdad lo que nos han contado. No somos distintos, no estamos lejos, no somos adversarios, no queremos robarnos unos a otros. Estamos a favor unos de otros. Hemos descubierto que somos más generosos de lo que creíamos. Nos interesa lo que nos estamos contando y queremos seguir hablando. Ahora queremos saber qué cuentan en las plazas de otros países. Hemos descubierto que la política era precisamente esto. Y estamos pletóricos.
Si empezamos a tomar decisiones basadas en qué es lo correcto hacer, el mundo se transformará de la noche a la mañana. Son cosas muy simples: si queremos un mundo en paz, entonces debemos ser pacíficos. No necesitamos luchar por ello. Sólo necesitamos ser pacíficos y así nos llegará. Si queremos un mundo de bondad, debemos se bondadosos y, luego, la bondad fluirá con naturalidad. Uno no pelea por la bondad.
No podemos volver a decir que no sabemos quienes somos, ni que no sabíamos cómo hacerlo. Este es el momento que se nos está ofreciendo ahora. Sólo debemos tomarlo. Sólo debemos decir: ¡basta! Basta de que piensen por nosotros. Basta de quejarse y no hacer nada. Somos ciudadanos. Somos pobladores. Somos las personas las que formamos la sociedad, no lo olvidemos.
Somos las personas las que evolucionamos para que la sociedad evolucione.
PD: inspirado por la Spanish Revolution